El camino lo escribimos todos y nuestras huellas se van quedando impresas en el tiempo, nos matizan la memoria, se reproducen casi en cualquier hueco. De todo lo que somos, si nos queda un poco qué perder, lo perdemos todo entonces y nunca por convicción. Así, escribimos con los pies, en cada paso, un cuento nuevo, una pesadilla vívida, un duelo irreprensible, un poema repetido.
Hace tiempo abrí mi ventana y empecé a escribir sin luz, me nutrí del frío; no importa, con el tiempo abandoné a mi soledad, comprendí que el mundo se extendía hacia el interior de mí si dejaba la ventana abierta, y me he acostumbrado ya a la oscuridad.

jueves, 2 de octubre de 2014

El Yisus


Cristofer Jesús, Cristo o Yisus pa’ los cuates. Alguna vez leyó esa parte de la Biblia que dice que un tal Jesús, que era carpintero, convirtió el pan en vino y que resucitó al tercer día después de que una banda de gandallas de su colonia le dio una tremenda guamiza por andar de subversivo. Eso debió leerlo cuando hizo su primera comunión, en épocas de la primaria, pero se le quedó grabado en la memoria en forma de obsesión. La primera 'señal' que recibió, fue cuando salió medio vivo de una clínica del IMSS, 3 días después de que unos rateros trataron de arrebatarle su celular recién sacadito en abonos y él pensó que podía correr más rápido que la motoneta en la que viajaban los 3 tipos con estatuillas de San Juditas Tadeo en los brazos. Cuando lo alcanzaron a la vuelta de la cuadra, ya sin aliento por la corretiza, lo agarraron a patadas en la panza y en la cabeza, mandándolo al mencionado hospital en estado grave. Resucitar al tercer día, pensaba, porque en realidad el aturdimiento producto de los guamazos no era tan grave, así que había alcanzado a oír a los médicos desahuciarlo, más que nada por la prisa de regresar a ver el fut, le recetaron el clásico paracetamol y lo dejaron, los tres días, en la sala de espera y en misma camilla que lo habían  aventado los paramédicos de la ambulancia. Finalmente las contusiones sanaron solas, bueno, con un mucho de ayuda de la dosis de padrenuestros que ininterrumpidamente había rezado su mamá durante toda la estancia del Yisus en el hospital. Y la situación se iba clavando más en su cabeza entre más lo repetía, ¿y si yo soy ese cuate? se preguntaba, se le hacía mucha coincidencia: “pus Cristos y además Jesús...”

La segunda y definitiva “señal”, la recibió cuando su papá lo obligó a trabajar en la carpintería improvisada que había establecido en sociedad con otros teporochos de la colonia, “Carpintería El Sagrado Corazón”, le habían rotulado en la pared menos derruida de la fachada. ¡A güevo! Pensó el buen Yisus cuando vio el nombre del local.

Con el paso de los días se hizo aficionado al olor del tíner, y como ya era devoto del anís del mico, entre el alcohol, los solventes y los textos de las atalayas, que le dejaban los testigos de Jehová cuando pasaban a predicarle la segunda venida del señor, empezó a sentir cada vez más, que de verdad se trataba de la reencarnación de ese tal Jesús.

Después de un tiempo se hizo de seguidores, eran 4 solamente, él hubiera querido que fueran 12, claro, si hubiera sabido que 12 eran los apóstoles de Jesús. Éstos lo seguían porque él, en su afán por emular a Jesús de Nazareth, era capaz de convertir la despensa en vino, es decir, se robaba la despensa de su casa y la cambiaba por caguamas y garrafoncitos de mezcal en la tiendita de un tipo manco conocido como Don Toño. Como el Yisus no tenía bien claro cuál era su misión como mesías, pues no hacía nada, se limitaba a creer que era invulnerable a los efectos del abuso del alcohol y abusaba, a las consecuencias de coger sin protección, y follaba con cualquier chica que no le dijera que no. En realidad, el Yisus no era un alcohólico mal parecido, era un analfabeto bastante y mañosamente funcional, y siempre encontraba la forma de echarle la culpa a alguien más cuando era él quien metía la pata.

El cristos vivió en el exceso un par de buenos años hasta que se le metió en la cabeza realizar el paso de la muerte; primero hizo casting para cristo de Iztapalapa, sin éxito, por supuesto, y entonces decidió que él mismo les iba a demostrar a todos que los clavos y las cruces se la pelaban igual que los maleantes en motoneta.

Primero un allanamiento a la carpintería, y ya estando ahí, una buena cena de tacos al pastor con sus 4 seguidores, luego una caguamiza y un pasón con mota para empezar el diálogo con Dios. Por si las dudas, el Yisus se aventó el último palo con su prima en el apestoso bañito del local, y, en un esfuerzo digno de cualquier santo o dios católico, el Yisus rebasó su marca personal y aguantó 5 minutotes en posiciones bien extremas: el perrito, de a chivito, por el chiquilín; pasando por el 69 invertido...

Después de los amores, se ofreció como voluntario para una fila india, con el afán de reconstruir fielmente los hechos de la Pasión, desde luego, se aguantó como los buenos borrachos las patadas en los güevos, los zapes en la nuca y uno que otro putazo en la nariz. Para el acto mismo de la crucifixión, sus cobardes achichincles decidieron no participar ni como espectadores, le ayudaron a pegar 2 vigas de forma entrecruzada, algo más bien parecido a un símbolo de adición y no precisamente a una cruz, le dejaron a la mano un martillo y clavos de 2 y media y cada quien se fue a su casa con la firme convicción de que al primer martillazo, el Yisus iba a desistir de su afán de ser como Cristo.

Bajo el efecto adormecedor de la mota, el Yisus realmente no sintió los primeros golpes en los pies, se dio tiempo para encuerarse y quedarse en calzones, y ya se imaginaba a su mamá platicándole a las otras viejas fodongas afuera de la lechería que había acontecido un milagro en el tallersucho de su viejo: “Mi hijo es Dios nuestro Señor -diría.- Me lo clavaron en una cruz y ya resucitó.” Ya se veía rodeado de muchachas y de chupe.

Cuando empezó a clavarse la mano izquierda, sintió el dolor de forma más aguda, pero todavía no era inhabilitante y continuó, de forma verdaderamente milagrosa incrustó el clavo entre los huecos de sus huesos, de manera que se clavó en la pura carnita. El Yisus descubrió demasiado tarde que para clavarse 2 manos a sí mismo, el sujeto en cuestión debería tener al menos 3 manos; cuando notó esto, el efecto de la marihuana ya estaba pasando y el dolor entonces era bastante intenso, no lo suficiente como para hacerlo desistir, pero sí para enfurecerlo por no haber sido capaz de prevenir esa situación. Encabronadísimo, el Yisus le lanzó el martillo al crucifijo colgado en la pared, deshaciéndose así de su única posibilidad de desclavarse sin ayuda. Ya sin poder moverse y recostado sobre el suelo del local de carpintería, el Yisus comprendió que era mejor no tratar de sacar los clavos a la fuerza, ahora sí decidió no seguir emulando al mentado Cristo y ser únicamente el Yisus para el resto de su miserable vida, lo malo es que había escogido la peor fecha del año para realizar su hazaña: la noche del Jueves Santo, y con sus papás de vacaciones en algún balneario de Morelos, en esta ocasión, sí que sería un milagro que lo encontraran vivo el lunes siguiente, eso si su jefe no amanecía bien crudo y se le daba la gana abrir su tallercito hasta el martes...

sábado, 27 de noviembre de 2010

DUÉRMETE CONMIGO

Duérmete conmigo
huyamos a tergiversar la historia
nos alimentaremos como siempre
de los polvos del camino
Y olvidaremos como nunca las memorias.
Nos haremos el amor, aunque nadie nos observe.

Te prometo que hurgaré entre tus heridas
pero no me pidas que me despierte en la mañana
una noche antes perderemos, otra vez,
las revoluciones ya perdidas,
y te diré que no te quiero una vez a la semana.
Y por si algún día quieres volver
procuraré robarme una casa con ventanas.

Compartiremos todo, hasta el silencio

la mar, el vino, el pan y los abrazos
tu sofá, el baño, cualquier adiós, los azulejos
el duelo, el “hoy no estoy”, mis 15 gatos;
el humo, el barco; el autobús que ya no pasa de regreso,
me acostumbraré a no comer de ti en el mismo plato
y a no mirar la parte baja de tu espalda en el espejo.

Muérete conmigo
quizás te amo,
pero cómo lo sabré si no te mueres.
Fuimos hermanos antes que desconocidos
ahora, si quieres,
te borraré de cada línea de mi mano.
Serás la menos virgen entre todas las mujeres
y yo el menos cristo entre los crucificados.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Con el frío hasta los huesos.

Déjame que me quede afuera

me gusta sentir el frío hasta tus huesos
de cualquier modo, si aún me quedase un beso
no me lo dejarías colgar en tu cadera.

Si se me acabara el mundo
desde hace pocos años
y quisieras saber
que hace tiempo no estás loca
te sorbería los pezones con las manos
y me correría dentro de tu boca.

Te extrañaría más antes que después
pero un tanto menos que ninguno.

Para qué

Y qué te digo, si me dan celos hasta de que te pase el viento
por encima.
Y qué te ofrezco,
si después de todos estos años
la vida apenas me ha dejado seguir con vida.

Y para qué mentirnos, cuando ambos sabemos
que deseo llegar mucho más abajo de tu vientre
prefiero verte
desde el punto de vista de esos labios,
y a mi lengua entumecida le gustaría
vivir en el medio de tu orgasmo para siempre.

Y no me pidas que no te busque
mejor dime qué voy a hacer si no te encuentro
si tú quisieras te esperaría
más desnudo en el armario
aunque supiera
que te has quedado a no dormir en otros cuerpos.

A ninguna parte

En tu cama se come la piel
y luego se olvida
las pastillas la sangre y la sed
no me dejan salida
te bajo las medias desde el corazón
y me quiebro en tus labios
te deshago el amor sin dolor
sobre tu cuerpo callado.
Ahora vienes desnuda y no sé
si deba olvidarte
me da miedo tomar tu cintura
y no ir a ninguna parte
como si la humedad de tu vientre
no fuera un milagro
y mi funeral sin tu cuerpo presente
ocultara que somos tan sólo 2 seres humanos.
Me bebí 7 tragos de más
uno bajo tu espalda
y mi lengua escribió "dónde estás"
entre tus piernas cerradas.
Me olvidé que no quieres volver
pero eso nunca se olvida
ahora sé que no puedo escribir sin saber
a dónde nos deja el amor
cuando no encuentra un lugar                       en la esquina.

jueves, 21 de octubre de 2010

A quién engaño

Le escribo a tu cuerpo despoblado,
a quién engaño,
mis letras
van desde tus tetas
a tu ombligo
te quitaré las bragas
porque tengo frío,
me cortaré tus venas en el baño.
No me beses en los labios          cuando salgas.

Sé que el invierno sin ti
vendrá en pedazos
que no extrañará jamás tu mano a mi bragueta
ni tu culito infantil
mi boca abierta
ni tus pies de gata a mis zapatos.

jueves, 14 de octubre de 2010

Bruja de octubre

Bruja de octubre:

e s t e l a
de las últimas luces
e s t r e l l a
del día catorce
vocecita de niña
que se queda sonando
entre las líneas
del horizonte
ella no interrumpe su paso
en el flujo del tiempo
y este espacio
dedicada letra de un libro de vida
que se escribió ya
desde hace veinte años
que se deshoja si
yo
le escribo con mis manos
bruja de octubre
l u n a
de mis soledades
bruja de octubre

en el medio

del limbo

de mis tempestades

ánima de las ciudades
que no conoce
de los amigos
que han olvidado su nombre
luna y octubre.

Bruja.

domingo, 15 de agosto de 2010

Las luces apagadas

Recostados, desguarnecidos; en una habitación desordenada. Agotados, desnudos; envueltos en una música que suena a tiempos viejos, a ecos adormecidos, a tristezas inconsolables. Te necesito de verdad y esta es la única forma en la que concibo tu compañía.

La primera vez que te vi estabas recargada en la pared frente al elevador. Entendí, por la posición de tu cuerpo, que estabas en contra del universo, en contra de todos, en contra de ti misma, sin embargo eras una chica dulce con un pasado complicado, demasiado inexperta para asumir esa actitud. Demasiado abandonada. Qué podía decir o hacer, sino verte una y otra vez antes de dejar el corredor revuelta entre una multitud. Pasó algún tiempo antes de encontrarte de nuevo, debo decir que te busqué insistentemente, sólo encontré tus miedos y complejos, tus necesidades más básicas muy mal sustentadas; tu figura esbelta y tu alma aterrada. Hace dos días que dejé eso de querer cambiar al mundo, no me enamoré de ti por lástima, como suelo hacerlo, ni para ayudarte, es sólo que me vi reflejado en tu desesperanza.

Recuerdo tu apatía hipócrita, tu actitud ególatra, y también recuerdo la forma en que terminamos juntos: vagabundeando alrededor de una botella de alcohol. — Creo en el amor— dijiste, después de varios tragos. Yo creí que era posible amarte tanto como para hacerte daño, como para morirme contigo. Como para quedarme contigo. Pude convencerte después de insistir: “nunca conocí a nadie como tú”.

Los primeros días los pasé buscando en el olor de tu cuerpo, en la textura de tu pelo, en tu caligrafía; hurgando, olfateando, adivinando por qué te gusta tanto ser infeliz: tomaste la desición de dejarte llevar, y yo no pude llevarte lejos, seguiamos ahí, cada vez más hundidos por el peso combinado de nuestras culpas, lo peor ahora, quizá, es que aún nos gusta estar juntos.
Verónica inestable, Verónica irascible, Verónica de cualquier hora, Verónica, sobre todo, a las dos de la mañana: con tu cuerpo expuesto, con tu espíritu indispuesto, con el ánimo resquebrajado al lado de un imbecil. Verónica, Verónica, Verónica enfermiza, quebradiza, quebrantable, delgada, delicada, endeble, tenue, desgastada, sutil…

Durante meses continuaste persiguiendo el espejismo de independencia sustentado en tu en tu deseo de ser toda una artista. Me gustaba verte sonreír, me gustaba verte envuelta en retales violetas y zapatos medio rotos; era un reflejo de tu aura. La poesía la inventabas a partir de un desolado ladrido en la madrugada, de un gentío en la avenida, de un viaje en carretera, del olor de la tierra, de un amante que nunca conociste. Fue el arte más triste que jamás haya entusiasmado tanto a mi desabrigado corazón.

Después de interminables decepciones sólo nos quedo el hábito del cigarro y la cerveza, luego la independencia llegó a través del abandono total al que nos relegó momentaneamente el mundo. Te enfocaste mal, esperabas encajar en una comunidad hueca e impertinente. Es irónico cómo tu trabajo estaba orientado a la crítica de esa clase de vicios, con los cuales no pudimos conectarnos jamás.

Lo vivimos todo, me refiero a lo peor, tu inspiración se enriqueció como nunca pero tu ánimo se marchitó poco a poco, tu energía decayó, tu luz se volvió opaca. Reencontramos el camino poco después en un sentimiento mutuo de posesión obsesiva, en una complicidad absoluta. Compartimos mucho más que nuestros cuerpos y nuestras vidas; nuestros ideales, nuestras ambiciones, nuestros miedos, nuestras mentes, nuestras memorias. Comenzamos juntos una revolución de vida, un proyecto de felicidad a plazo interminable y una huelga de éxito en nombre de una libertad naciente.

Nos desembarazamos del mundo, de tus padres, de mi madre y de nuestros amigos. Tu madre se alegró de que te fueras de casa y tu padre no tuvo argumentos para detenerte; mi madre sólo dijo: “que les vaya bien”. Fue lo mejor que pudieron hacer por nosotros, en otro caso, hubiéramos tenido el impulso de pedir ayuda cuando todo se complicaba.
Los años que malvivimos juntos fue el periodo más extraordinario de mi vida, no tuvimos una necesidad más grande que encontrar una forma milagrosa de amor siguiendo un temerario estilo de vida y una variante inconcebible del deseo.
Amo tocar tus senos bajo la sabana cuando nos quedamos acostados en el sofá a lo largo de un día lluvioso, besarte bajo el agua fría de la regadera, verte andar en bragas por la habitación; me gusta que dejes abierta la puerta del baño y orines sin pudor alguno y que no te afeites las axilas; comer del mismo plato, oír tu voz, sentir tu respiración. Me gusta tu olor, tu color, tu textura; el sabor de tu saliva, la tibieza de tu vagina, el profundo café de tus ojos; tu calor y por las tardes, cuando te acercas a mí moviéndote como un gato y te acurrucas en mi vientre y en mis piernas, deseo que te quedaras muerta entonces, así, toda la vida, junto a mí en un tiempo eterno, insondable, intransitable…

Si sólo fuéramos más talentosos... nos encontramos en un estado absoluto de indiscutible humanidad, nuestra unión se complementa a través del contacto físico pero el vínculo imperativo entre tú y yo es puramente espiritual, quizá entonces hubiéramos descubierto que lo que hay al otro lado de la necesidad es el infinito mismo. Se lo hubiéramos contado al mundo.

Me sorprende ver el vacío que hay en el fondo, en el extremo al que hemos llegado, estando aquí te necesito desesperadamente, me aferro a tu regazo, a tu compañía, a la idea de que estarás conmigo mas no estoy asustado. ¿Podríamos tenernos el uno al otro en un escenario distinto? No rotundo. Tú y yo sólo podemos existir en la inexistencia misma, vivir en el extremo de la vida, renacer a través del frío. Sin bisutería, sin pantallas ni disimulos, en el amor mismo y sin otra urgencia más que estar unidos, fundidos y solidarios. Sin embargo, nunca contamos con vivir una vida tan larga: después de hacer público tu trabajo esculpido en un libro, renunciar enteramente a los hastíos y corrupciones de nuestra comunidad y obsequiar nuestros pocos recursos, decidimos festejar que le habías gritado a todos que el mundo es un asco, (y además te lo habían celebrado como idiotas) cerrando nuestra puerta para siempre.

Nos alcanzó el tiempo para eternizar nuestra armonía, para perdonar nuestras diferencias; para hacer el amor, para esconderlo y para inventarlo de nuevo, para desear el final y para estar juntos una y otra vez.

El dolor que se ha instalado en mi abdomen permanentemente es sólo un homenaje a nuestra decisión, y, para recordar que el mundo es un pecado inconmovible, hemos dejado la ventana abierta.

Hoy nuestra energía está por extinguirse, estamos a punto de morir. Sostengo tu pequeño cuerpo con mis brazos y mi boca está llena de tus cabellos. Eres como un ángel pálido y desnudo. Dios nos bendijo con total lucidez hasta el último momento, es algo para agradecer. La última canción salió arrastrándose por tus labios y se disolvió en el aire:

>>afuera hace silencio
tu nombre pulsa en la habitación
el duelo se quiebra
tu aliento se hiela aquí
en la esquina más rotunda del sol
la ausencia estática
la memoria autárquica
y nuestra vida,
viva por imposición,
nos lleva de regreso
donde la vieja ermita
en el estéril cielo
de un olvidado corredor
nunca nos quedó un mal hombre para olvidar
y aquí, en el final, sólo podría olvidarte yo<<

Y tu delicada voz se quedó flotando en el aire, quiero que se quede vibrando en mi corazón por siempre. Dijiste te amo y dejaste de mirarme, estoy feliz, en un momento volveré a estar contigo.
Tal vez nadie note que nuestra puerta nunca se abre, aunque si alguien llega sabrá que te amo por que estarás en mis brazos, no lo comprenderá, podrá vernos pero no estaremos más aquí. Dejo este breviario sin otra intención que dibujarte como sueles hacerlo tú con todas las cosas: con palabras, no por explicar nada, no tenemos cuentas por cubrir.

Nuestra habitación será olvidada por el mundo, por fuera nos envuelve una atmósfera aislante de silencio profundo e impenetrable soledad, el interior está casi hueco, tú y yo flotamos en medio de vapores de saliva y sudor, velados por un sopor de hambre y desencantos constantes, unidos más que nunca por nuestra gloria y perfección. Con las luces apagadas

domingo, 25 de julio de 2010

La ciudad al otro lado del pasillo

 I

Ocaso perpetuo.
Se ha filtrado por los huecos
de mi casa,
se ha podrido la madera
sin tu luz
he sido sólo una estrella pasajera
en el azul
del mundo.

II
Cuando sólo me quede tu nombre
para recordar que estoy vivo
y no tu sangre
y no tu propio corazón
la ciudad que entierra árboles
entre la nieve
me cubrirá de olvido.

III
Un paso y otro
y al final
he probado el polvo del camino
que no conduce a ti.
Y tantas veces, y tanto polvo
y tanto camino
me ha probado que seguimos
por el camino correcto.

IV
¿Recuerdas las manos
que se agitaban en el aire?
Cuántas veces hemos dicho adiós
en la ciudad.
Si tú quieres ven y cuenta los días y olvida las ciudades
donde nadie te espera.

V
Todas esas noches con la ventana abierta,
nuestra única intención era volar.

VI
El día que morí estaba ausente y vivo.
Las cajas de cristal no resguardan bien la almas
de los que olvidan, como yo,
el rostro de los amigos
y salen a beber el aire.
Me he quedado más quieto
escuchando tu respiración.

VII
Yo sé que la lejanía
de mi espacio deja abierto un hueco,
es tu ventana.
Déjala colgando en la pared.
O sal de ahí.

VIII
Te prometí vivir hasta la muerte
pero es difícil
los ángeles se marchan ya
y yo beso sus alas en silencio.
A veces no deseo continuar.

IX
Antes de que empieze a amanecer
negaré tu nombre
y no podré dormir
estarás ausente pero, todo el mundo creerá que has vuelto.

X
Espérame cualquier noche,
te lo juro
el autobús pasa siempre,
cada noche
también espera
a que yo caiga
y me arrastre sobre el mismo suelo...

viernes, 18 de junio de 2010

Luna desnuda

Miente que tu aliento es infinito
niégame tu nombre
llámate polvo en el cristal
luna desnuda
oficio de los hombres
vive de tu cuerpo
eres más que dos pezones encendidos
y la gruta entre tus piernas
eres un animal lleno de hijos
eres el humor de pez de las sirenas.

Si mañana valemos menos que un carajo
escúpeme en la boca,
abandóname en la calle que te vio parir
lo malo es que la sangre que nos llama se equivoca
y el dolor nunca nos ayuda a decidir.

Ayer te vi tirada en el suelo en la cocina
con la huella inconfundible del alcohol...

domingo, 13 de junio de 2010

Para amar

Para amar,
para mentir,
para decir:
     "amor,

     te amo"

hacerlo
sobre la tumba de mi hermano,
cuando quererte es un delito
cuando tu cuerpo
me besa
cuando tu interior se vuelve algún rincón
en una estación
del infinito;
y la vigilia
y al final la espera,
y una flor que se deshoja


en cualquier estrella


altera tu vientre
se te quedan dentro mis latidos.

lunes, 7 de junio de 2010

Antes de despertar

Cuando dormías
cortó tu garganta
hurgó en tus heridas,
estaba en pie
y aun
cuando vivías
estaba en pie
y aún.
Antes de despertar
bendijo tu dolor
y tu agonía
te hizo el amor
mientras morías
quiso parar
antes de despertar
y estabas tan fría
que te besó
todas tus manos
y luego te dejó.
Luego te perdonó.

Mientras morías
se mojó en tu vinagre
tragó tu saliva
comió de tu carne
mordió tus encías
y tú no dormías…
estaba en pie
antes de despertar
él era tu asesino
dios era un pecador
y estaba contigo
antes del funeral
dios era un desertor
y estaba en pie
y aún
estoy en pie.

Hyper versos

jueves, 3 de junio de 2010

Bruja de octubre

Bruja de octubre:
e s t e l a
de las últimas luces
e s t r e l l a
del día catorce
vocecita de niña
que se queda sonando
entre las líneas
del horizonte
ella no interrumpe su paso
en el flujo del tiempo
y el espacio
dedicada letra de un libro de vida
que se escribió ya
desde hace veinte años
que se deshoja si
lo descobijo con mis manos
bruja de octubre
l u n a
de mis soledades
bruja de octubre
en el medio
del limbo
de mis tempestades
ánima de las ciudades
que no conoce
de los amigos
que han olvidado su nombre
luna y octubre.
Bruja.

De la oscuridad del norte

Soy de la oscuridad del norte
soy quien que se corta en tus espinas
crecí como la paja y las estrellas
renté un lugar en los escombros
viajé en el autobús que pasa el fondo
de las noches sin salida
me muevo  a mil  centímetros del cielo
entre las luces de los coches
como algún pez en el tintero
como la protesta de las voces
nací de pie.

Cerrar el corazón

Decidí cerrar el corazón
desde que era un niño
había tanto que perder
borré mis ojos
y esperé fluctuando
en medio de una conmoción
de ruidos,
de ciudad,
que a menudo
me dejó
inventarme un poco más
un poco mejor.
Me quedé dormido
y al final
empecé a vivir sin mí.
Me dibujé en una canción
por aprender


por  olvidarme de crecer
envejecí muy lentamente
pude inventarme
muy a tiempo el resplandor
de entristecer.
Me quemé en el hueco
del vacío
del corredor,
en la decrepitud de
una ilusión


n      o  


p      u      e      d      o  


e      s      t      a      r  


a      q      u      í


nunca aprendí
a perdonar.

Cuando la muerte llegue

Y cuando la muerte llegue
no estaré presente
conservaré el derecho de elegir
me negaré a la esclavitud
habré muerto ya
dos mil años atrás
despertaré
clavado en una cruz
desesperanzado
agonizante
y con la vista fija al sur.

Para qué

Y qué te digo
si me duele que te pase el tiempo por encima
y qué te espera
si después de pocos años
la vida apenas te ha dejado seguir viva.
Y qué mentimos
si ambos somos adictos a tu vientre
desde el punto de vista de otros labios
tu sonrisa muda
se desdibuja
en un orgasmo para siempre.
Y para qué te busco
perdida en otras manos
y finalmente, para qué te encuentro,
si te he guardado ya
desnuda en el armario si te he olvidado
cuando termino dentro de otros cuerpos.

lunes, 17 de mayo de 2010

Alas blancas

Con sus alas en mis manos
alas blancas
voz de cielo
azul sin tiempo.
Con su vida sin mi vida
y una herida abierta
y mi corazón besándole en silencio.
Bajo el denso manto de la esperanza infinita
la espera dura un ciclo de luz.
Entrelazado en sus pequeñas
palabras
con sus alas en mis labios
alas blancas
beso impreso en la oscuridad que avanza
en su inocencia transgredida
que se desgasta
inclemente, bajo mi mirada.

domingo, 16 de mayo de 2010

lunes, 1 de marzo de 2010

Los colores de las moscas

Respira los colores de las moscas
el eco dulce de las ruinas
el sabor de metal en nuestras bocas
soy el niño que te abraza lentamente
en el medio de una pesadilla.
Admite mi necesidad de verte
entre los días lunes y la noche esférica
el ambiente estéril del espacio
la soledad oculta tras la palabra impresa.
Busca los motivos de las luces
en la puesta al sol de los lunarios
a los hombres sin los clavos de sus cruces
a los hijos que se engendran en tus labios.
Mañana vive la sensualidad infausta
en el lado este en la avenida
cuando el aire que se enfría
bajo tu cama
no me inspira para nada
si te despiertas dormida.

domingo, 28 de febrero de 2010

El camino lo escribimos todos

El camino lo escribimos todos y nuestras huellas se van quedando impresas en el tiempo, nos  matizan la memoria, se reproducen casi en cualquier hueco. De todo lo que somos, si nos queda un poco qué perder, lo perdemos todo entonces y nunca por convicción. Así, escribimos con los pies, en cada paso, un cuento nuevo, una pesadilla vívida, un duelo irreprensible, un poema repetido.
Hace tiempo abrí mi ventana y empecé a escribir sin luz, me nutrí del frío; no importa, con el tiempo abandoné a mi soledad, comprendí que el mundo se extendía hacia el interior de mí si dejaba la ventana abierta, y me he acostumbrado ya a la oscuridad.

viernes, 26 de febrero de 2010

Deja el invierno encendido

Cuando despierto en el medio de mi cama,
antes de soñar,
después de levantarme a tomar otra cerveza;
solo otra vez
con la cabeza
entre las plantas de tus pies.
Podría jurar que soñé
pero no estuve contigo.

Entonces no comprendo,
quiero moverme más abajo de tu ombligo,
para sentirme solo,
para morirme solo.
Quiero dejar de respirar
por tu nariz,
quiero aprender
por qué me cuesta tanto ser feliz.

La espalda contra la pared
a lo largo del día.
Qué podría hacer yo
si en el sitio
donde existo
nunca estoy
ni soy tu amigo.
Muero lejos de ti
para nunca volver
para dejar de insistir,
sin media vida
que fingir.

Y más tarde lo comprendo:
quiero moverme más abajo,
y mejor si no es contigo,
ya no me siento solo
cuando desvivo solo.
Puedo beber de la humedad
que se condensa  en tu jazmín,
sabré esperar
por el perdón
sin sonreír.

Largo de aquí
deja tus sueños caer
muy lejos de mí
deja encendido el invierno
y apaga la luz
suelta mis manos
sigo demasiado ebrio.
En mi mente
la tierra azul
gira infinitamente más
que en mis futuros pasados.
¿En dónde podrás estar?

martes, 23 de febrero de 2010

miércoles, 17 de febrero de 2010

Piel de pan


Olvida el ruido de tu voz
si no vibra en armonía
con el resto de a vida que no vive
en nuestra habitación.
Te enseñaré a mentir que no
si te vas quedando sola,
olvídalo, quédate conmigo.
Y más allá de otra ciudad
sobre un autobús
que te aleje de cualquier lugar
cerca del sur
tu corazón
latiendo junto al mío.
Escribe amor una vez más,
sobre la pared,
vestigios de tu piel de pan
en mi café
si me quedo dormido.
Apaga la luz de esta canción,
siéntate a escuchar
cómo inventamos la realidad de escapar
cuando sueño contigo.
Y más allá de otra ciudad,
viajando en autobús,
que te aleje de cualquier lugar
cerca del sur
tu corazón, desangrándose en el río.
Y riega, amor, una vez más
dondequiera que estés
migajas de tu piel de pan
en el andén, por si yo
me pierdo en el camino.

jueves, 21 de enero de 2010

AL OTRO LADO...

…esperamos el minuto exacto
pero nuestras alas son
de pétalos de viento y
noche
se pulverizan sus colores
de sol al amanecer
sus arcoíris rojos y nocturnos
y flotamos lejos
como ceniza de carne primitiva
bailamos con el aire antes de volver
canciones de olvido
música de gritos de mujer.

AL OTRO LADO

… me permito dormir en ocasiones
mágicas,
no en este lado,
estoy tan expuesto aquí,
somos hijos de la misma insensatez
hermanos, mártires infaustos;
apóstata impío,
rabioso cadáver
los mundos en mis manos
se corrompen,
se quebrantan
las indevotas tierras
con un abismo al medio
del camino
los siglos pasan indolentes
y los hombres sólo
se van quedando muertos.

LEAVE WINTER ON

Inquiry in progress.


When I wake, in the middle of my bed
after a pain so long
before to sleep
after to take
another beer.
I can swear
I dream but not with you.
I don't understand
I want to be alone
I don't know how to say
I want to die alone
IN A MANNER OF SPEAKING
I have to wait another day.
Now I walk with my back against the wall
how could we live with life so far away?
Starts to rain, what could I do?
I never told you that I loved you
I don't understand...
Go the hell
put your dreams
all, out of my hands
leave winter on
turn out the light
I'm still too drunk.
In my head worlds run so fast
than yesterday.
I don't understand...

miércoles, 20 de enero de 2010

SOBRE TUS PASOS

Abandoné tu rastro,
pinté sobre las huellas
que olvidaste en la pared
todas mis manos,
las que nunca hablaron
más de ti
en el pasado,
también éstas
que te han perdonado.
Escribí sobre tus pasos,
sobre tu tierra tibia:
regresa”.
Lo dibujé con un millón de trazos,
lo grité desde los labios
descarnados
de cualquier desconocida.
No,
ahora ya no escribo
para no rescatar
tu nombre
de mi olvido,
encadeno tu espacio
al mío
sin embargo,
con letras imposibles
que se leen ya sólo
en religiones muertas.
Éstas manos,
mientras tanto,
aprendieron ya
a ir quedándose
muy
muy
                                    muy
muy
        demasiado
                             quietas.

lunes, 18 de enero de 2010

LAURA

Ella no conoce la ciudad
del viento en las esquinas
ella no se olvida de olvidar
en mi cabeza su corona de espinas.

Laura se me queda fija en el reloj
su espera se me oculta
siempre es un asunto de imaginación
imaginar su cara en una calle oscura.

Bajo la piel de su vestido hoy me encontre con la canción de una mujer que me amaba sólo por amar  cuando yo aún era un desconocido en su ciudad, querido amigo, ahora no miento, sé que que ella es mi destino, pero no puedo esperar para sentir de cerca su latido. Luego me echó fuera y abajo de su habitación.

Ella aprendió a decir que no a destiempo
luego aprendió a perder la prisa
si llegó tarde fue un segundo siempre antes del amor
a contratiempo
entre ella y yo,
yo envenenado con el arte de su piel de artista.

Bajo tu luna te soñé
envuelto en frío
bajo tu cama te alcancé
descalzo y si te digo ahora no, amor mio, 
no sé si nuestro amor tenga una solución.